domingo, 17 de agosto de 2008

Hacia nueva edición libro de Luis Brea Franco




En su obra “La modernidad como problema”, el autor expresa sus preocupaciones por la problemáticas desarrollo

No ha sido promovido porque el autor es enemigo de poses y protagonismos. Aunque sus libros no son él, prefiere que el atractivo para el lector sea lo que ellos expresen. A pesar de esa renuencia al figureo todas sus obras están agotadas pero ninguna había desaparecido tan rápido de las librerías como “La modernidad como problema”, editada a finales del año pasado.

Luis O. Brea Franco trabaja en la segunda edición de esta demandada obra de la que quedan pocos ejemplares.

Para quienes han seguido su rica y profunda producción, este libro podría ser complemento o culminación de inquietudes que el distinguido filósofo, economista, politólogo y, sobre todo crítico social, viene planteando desde 1982 cuando escribió su “Antología del pensamiento Helénico” en la que le alarmaba el “geocidio” cuando todavía no se hablaba de problemas ecológicos.

Esas preocupaciones por la problemática del desarrollo, por desentrañar la esencia de los tiempos modernos, se manifiestan en todas sus demás obras en las que se perfila no sólo como estudioso de la filosofía y crítico de la sociedad contemporánea sino también como atormentado cronista que examina traumáticos acontecimientos del devenir nacional.

“Hacia mediados de 2004 tomé la decisión de dedicarme a explorar algunos temas que me interesaban sobre ideas y teorías que habían tenido su desarrollo en el siglo XIX europeo, y de analizar cómo habían vivido ese tiempo los acontecimientos y las ideas que la habían dominado: la idea del progreso, la afirmación del conocimiento científico, la aparición de las masas, el desarrollo de la tecnología, y discernir la directa incidencia de tales asuntos en la vida de la época”, explica Brea Franco, agregando que es en este periodo en que se consolida la revolución industrial, se produce el florecimiento del capitalismo, nace el mercado global y el poder del Estado pasa a manos de la burguesía.

Los dominicanos

La indiferencia del historiador dominicano frente a sucesos mundiales, los problemas de la identidad, las repercusiones de determinados hechos en el destino de Santo Domingo, son temas apasionantes de esta obra que Diógenes Céspedes, autor del prólogo, invita a ver como examen más que como deleite para determinar “qué nos ha faltado como sociedad y qué debemos hacer para empinarnos, hacerla realidad grande y acceder a la modernidad”

“Creo que al historiador dominicano le falta tener mucho de referencia con lo que ha sucedido fuera del país. Generalmente estudiamos la historia dominicana concentrados en lo que ocurrió aquí, pero es que la historia dominicana es consecuencia de lo que sucede en un siglo XIX, que es el siglo donde se están moviendo los inicios de lo que va a ser después la globalización, o sea, surge el comercio internacional, el movimiento de los capitales, se producen transformaciones, cambia el paisaje humano y se condiciona la formación de las nuevas mentalidades”, expresa Luis Brea.

Es, añade, “el tiempo en que se consolida la opinión pública, que exige mayor información y participación en todos los asuntos sociales, sean estos de carácter cultural, religioso, filosófico, científico o de interés comunitario, y aún más, pretende conocer y participar de la vida de las luminarias del tiempo”

El libro, aduce, “es un poco presentarle temas al historiador nativo para que vea que lo que él trata como asunto nuestro tiene un complemento de ideas que no sucedieron aquí, pero tienen que ver, y son necesarios para descodificar la historia”

Por esa razón son presencia permanente y reiterada en “La Modernidad como problema” Trujillo, su dictadura, sus arbitrarias decisiones, sus adláteres, tanto como Lilís, Duarte, los Trinitarios, las guerras fratricidas, Hostos, Luperón, el golpe de Estado contra Juan Bosch, las ocupaciones yanquis, las Devastaciones de Osorio, las guerras de Restauración o el esplendor de la llamada “Atenas del Nuevo Mundo”

Consideraciones de gran interés son las que se refieren al burgués. Brea Franco pregunta: “¿A qué le teme el burgués?” Y responde: “Ni a los intelectuales, ni a los obreros; a los comunistas un poco, aunque les desprecia; tampoco a la razón. A lo que le teme el burgués, según Dostoievski, es a “la posibilidad del regreso de la Revolución...”

Incluye, además, extensas reflexiones sobre “el problema de nuestra identidad”, tema que ha sido una pasión constante en cada libro o artículo del afamado profesional. “El problema del dominicano es la identidad, porque si la tuviéramos firme, segura, no nos la propusiéramos”, comenta.

En el libro de 247 páginas, impreso en Amigo del Hogar, aparecen también capítulos sobre el estrés social, la ruina, el uso del poder, las revoluciones, la pereza, el origen del romanticismo, “Duarte, como nuestra utopía”, el arte de conocerse a sí mismo, la ausencia de un orden, el origen de los demonios, la globalización, el desafío de la felicidad... Son 83 en total y con ellos Luis Brea Franco aspira a crear conciencia de los peligros que nos acechan “en tiempos en que los modos de convivencia parecen dirigirse a lo peor”

Brea Franco ha publicado, además, “Preludios a la posmodernidad. Ensayos filosóficos”, “Claves para una lectura de Nietzsche”, que fue Premio Nacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña, en el 2004, “El Espejo de Babel” y “Compendio de legislación cultural de la República Dominicana”, junto con Arturo Victoriano.

Entrevista con Ángela Peña, en Areíto, suplemento literario del diario "Hoy", Santo Domingo, D. N. Sábado 16 de agosto 2008

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